Y sí soy una rebelde!, Ya había aprendido a construir en escuadra. Qué podia fallar?
Una clase por semana era un período muy largo, por ende me sentía segura para poder volar solita, a paso lento ó no tanto…!
Así que compré una caja de té, la acondicioné haciendo menjunjes de pintura y ahí directo a diseñar otra ventana?
Lo cierto es que cerrada no luce, sólo si la abro a contraluz, pero ese momento es “la hora mágica”.